Recursos para el desarrollo sexual de las personas con diversidad funcional
La sexualidad es inherente en el ser humano y su desarrollo es ¡constante e imparable! Pues cuando su desarrollo se ve interrumpido u obstruido, se llega inevitablemente a la frustración. Sexualidad Funcional se creó para dar respuesta a la frustración que viven la mayoría de las personas con diversidad funcional, al no ser incluidas en lo que culturalmente consideramos como estético, sensual, excitante etc.
El recurso más conocido para afrontar esta realidad es la asistencia sexual. En España existen dos propuestas principales de asistencia sexual. La que nace como reivindicación de la lucha política del foro de vida independiente y que contempla la figura del asistente sexual como ampliación (sin ser la misma persona) de la figura del asistente personal. La otra propuesta lleva ya casi una década ofreciéndose en Barcelona por parte de TandemTeamBCN y en Valencia por Sexualidad Funcional. Propuesta desarrollada a través de la experiencia vivencial de estas dos asociaciones. La diferencia básica de las dos propuestas es que el asistente, como se contempla por OVI, no participa en el encuentro personalmente, sino sustituye mecánicamente las manos y/u otras partes del cuerpo de la persona que demanda el recurso, siguiendo sus instrucciones. Es una propuesta que presume cubrir las necesidades de autoexploración (asistida) y el autoconocimiento. Por el otro lado, en la asistencia sexual como acompañamiento íntimo, la persona usuaria junto con la persona acompañante, determinan los términos de cada encuentro. En este caso hablamos de empoderamiento y trato igualitario por ambas partes. El contacto íntimo se despenaliza y las dos partes comparten responsabilidad por igual sin discriminación por la condición personal de cualquiera de las dos partes. En este caso se sigue un protocolo de cuatro pasos 1. Entrevistas, 2. Encuentro previo, 3. Acompañamiento y 4. Devolución (feedback) de la experiencia. El protocolo está diseñado de esta forma tanto para adecuar el servicio a la demanda como para respetar los límites, los deseos y las necesidades de ambas partes. Es necesario e imprescindible que sea un recurso abierto, que pueda cubrir diferentes prácticas relacionadas a la intimidad sexual. Pues cada persona está en distinto momento en su desarrollo sexual, tiene su propia percepción de su contexto ideológico y cultural, su propio grado de experiencias y su forma de relacionarse con su cuerpo y su propia sexualidad. Un modelo cerrado y limitado, inevitablemente se convierte en un recurso para pocas personas, incapaz de cubrir los deseos y las necesidades a personas con distintas características.
Esto no quiere decir que el acompañamiento íntimo es la panacea que soluciona todos los problemas relacionados con la sexualidad de las personas con discapacidad. Ni mucho menos. La experiencia nos ha demostrado la necesidad de una amplia gama de recursos diversos, algunos de los cuales ofrecemos en la asociación “Sexualidad Funcional, centro de desarrollo sexual”. Asesoramiento sexológico: Para usuarios/as, familias y profesionales que tratan con personas con diversidad funcional. Muchas de las limitaciones relacionadas a la sexualidad de cualquier persona, son limitaciones internas que tienen que ver con los conceptos propios de cada persona. Un asesoramiento profesional y especializado, puede ofrecer otro punto de vista que inhabilita estas limitaciones y ofrece un terreno fértil para el desarrollo libre de la sexualidad de la persona demandante y un trato respetuoso por parte de su entorno. Talleres inclusivos: Se trata de talleres vivenciales y prácticos, relacionados a la sexualidad, que aprovechan el hecho de la diversidad funcional de cada persona como elemento enriquecedor para el grupo y eliminan la idea de que la diversidad como razón para segregar las personas en grupos homogéneos. Tanto somos individuos diversos y únicos, como somos seres humanos con muchísimas cosas en común. Estos talleres también ayudan en la socialización fuera de los círculos habituales de cada persona (sin y con diversidad funcional). Talleres específicos: A veces, por demanda de algún colectivo específico, es necesario trabajar en grupos con características similares, para tratar carencias compartidas en el grupo y para enfocar el trabajo en ellas. Terapias y talleres individuales o de parejas: Para personas que su condición personal no permite el acceso a un taller grupal y su demanda es para tratar un tema específico relacionado a la sexualidad propia de la persona. Se trata de un recurso individualizado que enfoca en la demanda explícita de la persona que acude a él.
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